Melena de león: una estrella entre las setas medicinales

La melena de león es un hongo comestible y sabroso que se ha utilizado durante siglos como plato y medicina en las culturas orientales.

La melena de león es un hongo parásito que crece en árboles de hoja caduca como hayas, robles y manzanos. Las variedades de Hericium pertenecen al grupo de los hongos hidnoides, cuya característica más importante son los estambres reproductivos que parecen carámbanos o melenas de león. Al darles esta forma a los estambres, el hongo aumenta la superficie disponible para la producción de esporas y optimiza las posibilidades de éxito reproductivo. ¡Un animal sabio!

Todas las variedades de Hericium son excelentes alimentos, pero una de ellas es una auténtica estrella. Se trata de Hericium Erinaceus, es decir, la melena de león. El mundo de la ciencia la ha investigado bastante y podemos ver que existe una equivalencia entre la ciencia occidental y la sabiduría oriental.

Apoyo natural para el estómago y los intestinos.

En la medicina tradicional china (MTC), la melena de león se utilizaba para tratar afecciones digestivas, úlceras de estómago y cánceres intestinales, y también para reforzar por completo las funciones inmunológicas del organismo. La melena de león es el tónico de la energía Chi (Qi), a la que volveré más adelante en este artículo.

Las investigaciones modernas demuestran (puede encontrar una lista completa al final del artículo) que el uso de la melena de león contribuye realmente a mejorar el funcionamiento del sistema digestivo. Las sustancias químicas solubles en agua ayudan a proteger el revestimiento del estómago contra las úlceras y la inflamación. Se trata de un cóctel de betaglucanos y terpenos que afectan significativamente a nuestra inmunidad. También sabemos que los compuestos contenidos en la melena de león inhiben eficazmente el crecimiento de células cancerosas en el sistema digestivo. Esto confirma una vez más el uso histórico de la melena de león en el tratamiento de enfermedades graves del estómago y los intestinos. Otra categoría de compuestos que se pueden encontrar en la melena de león son una serie de antioxidantes y compuestos que regulan el nivel de insulina y lípidos en sangre. Por esta razón, la melena de león también puede ser útil para las personas que luchan contra la diabetes.

Sin embargo, este no es el fin del uso de la melena de león. En realidad, es solo un preludio de lo que este extraordinario hongo puede ofrecernos.

Combustible para cohetes para el cerebro

En 1986, un equipo de científicos dirigido por la profesora Rita Levi-Montalcini recibió el Premio Nobel por descubrir un grupo de proteínas que desempeñan un papel clave en la configuración de los patrones cerebrales y de movimiento del cuerpo. Esta categoría de compuestos que se encuentran en los sistemas nerviosos central y periférico se ha denominado factor de crecimiento nervioso (NGF).

Como lo demuestra una investigación innovadora, el nivel del factor de crecimiento nervioso afecta directamente nuestras capacidades mentales. Afecta la velocidad y claridad de los procesos de pensamiento, la eficacia de la resolución de problemas, las funciones de la memoria, la capacidad de concentración y la resistencia a los factores estresantes que provienen del entorno. Es el combustible para el desarrollo de nuestro cerebro y nuestro cuerpo, gracias al cual nuestros procesos mentales y biológicos pueden funcionar de manera fluida e ininterrumpida. Como lo demuestran numerosos estudios, El hongo melena de león estimula el factor de crecimiento nervioso en los humanos. Esto significa que favorece la formación de nuevas conexiones neuronales, garantizando un funcionamiento, desarrollo y protección óptimos del sistema nervioso.

Con la edad, la cantidad de proteínas NGF en el organismo disminuye, lo que se traduce en problemas neurológicos asociados al envejecimiento, como la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia.Por este motivo, la melena de león será un gran complemento para personas mayores que comienzan a tener problemas de memoria y concentración y experimentan cambios de humor asociados a un deterioro de las funciones cognitivas. El factor de crecimiento nervioso también desempeña un papel vital en el tratamiento de enfermedades graves como la esclerosis múltiple, que afecta naturalmente a personas de todas las edades.

El factor de crecimiento no sólo apoya el proceso de creación de nuevas conexiones neuronales (llamado neurogénesis), sino que también repara aquellas conexiones que han sido dañadas (por ejemplo, como resultado de la vejez, un accidente o estrés crónico) y que de otro modo sufrirían la llamada apoteosis o desintegración natural. El nivel adecuado de proteínas NGF significa que las conexiones dañadas tienen la oportunidad de volver a la vida y las recién formadas están protegidas contra ataques intransigentes de factores de estrés.

Con esto, Mycosis puede ayudar: con el estrés, la ansiedad y la depresión.

El estrés crónico, el problema de civilización más común y encubierto en el mundo actual, ataca las células nerviosas e inhibe la formación del factor de crecimiento nervioso. Como resultado, cuando atravesamos estados prolongados de ansiedad o depresión, limitamos la capacidad de nuestro cuerpo para curarse a sí mismo y producir compuestos que podrían ayudarnos a lidiar con las dificultades psicológicas. Como la melena de león promueve la formación del factor de crecimiento nervioso, nos permite lidiar con los estados mentales desfavorables de manera más efectiva.

En este sentido, existe una cierta similitud entre la melena de león y los hongos psilocibios, que también estimulan la formación de nuevas conexiones neuronales y, en condiciones adecuadas, pueden mostrar un fuerte efecto antidepresivo. Sin embargo, a diferencia de los hongos alucinógenos, la melena de león no es un alucinógeno, no provoca cambios en la percepción y puede utilizarse para apoyar la salud mental de personas de todas las edades.

En el contexto de la actividad antidepresiva, también cabe mencionar la capacidad de la melena de león para crear nuevas conexiones en la región del hipocampo. Se trata de una región de nuestro cerebro que desempeña un papel clave en la regulación de las emociones y los procesos de memoria. Las investigaciones indican que el uso regular de la melena de león conduce a la neurogénesis en el hipocampo (y, por tanto, a la construcción de nuevas autopistas neuronales). Este efecto está estrechamente relacionado con una serie de efectos antidepresivos y ansiolíticos que se pueden sentir con el uso regular de la melena de león.

¿Qué compuestos son responsables de estimular el factor de crecimiento nervioso?

Las hericenonas y las einacinas son agentes fúngicos secretos que inician la producción del factor de crecimiento nervioso en los sistemas nerviosos central y periférico. Estos compuestos pertenecen al grupo de los terpenos conocidos y apreciados (sobre todo por los amantes del cannabis). Son polifenoles, sustancias activas que son solubles únicamente en alcohol. Por este motivo, al comprar extracto de melena de león, asegúrate de que se trate de un extracto alcohólico. De lo contrario, el suplemento no podrá ofrecer efectos sobre el sistema nervioso, sino que solo mostrará efectos sobre el sistema digestivo. Muchos de los productos disponibles en el mercado, lamentablemente, no cumplen la condición de extracción con alcohol, por lo que no se pueden tener efectos espectaculares sobre el sistema nervioso y las funciones cognitivas. La comercialización y la producción industrial no siempre van de la mano de la calidad.

La mielina, una barrera protectora para las fibras nerviosas

Existen numerosos estudios in vitro e in vivo que demuestran que la melena de león protege la red neuronal mediante la producción de mielina, la sustancia aceitosa que rodea las células nerviosas. Se trata de una barrera protectora natural que permite que se desarrollen nuevas conexiones de forma segura.

Cuando la mielina se agota, debido, por ejemplo, al estrés crónico a largo plazo, la vejez o la contaminación ambiental, nuestra salud mental se deteriora.Cuando hay suficiente, las células de las fibras nerviosas están a salvo y el cerebro puede funcionar como una máquina engrasada. Una célula nerviosa protegida de los factores estresantes por una capa de aceite y agua funcionará mucho más eficientemente que una célula nerviosa que carece de dicha barrera. Esto, obviamente, se traduce en salud mental, estado de ánimo y, en sentido amplio, en resistencia al estrés.

La melena de león en la medicina tradicional oriental

La diferencia entre la medicina occidental y los sistemas orientales, simplificada, es que en el caso de la medicina occidental, el hombre es visto como un conjunto de partes (cada una de las cuales requiere una especialización separada). En el caso del enfoque oriental, solo una visión holística de una persona puede llevar a descubrir la causa de sus dolencias.

La medicina occidental es inestimable en caso de fractura de brazo, cirugía cardíaca o procedimientos que requieren el uso de equipo especializado. Sin embargo, no tiene mucho que ofrecer en términos de estilo de vida (aparte del cliché de “comer sano y moverse”), y mucho menos en términos de maximizar el potencial de salud del cuerpo y la mente humanos.

En las culturas orientales, la salud humana se considera el resultado de muchos elementos interdependientes, de los cuales un elemento importante que se pasa por alto en Occidente es la dimensión energética. En China, así como en el Tíbet y la India, se desarrollaron sistemas que exploraban esta dimensión invisible de la existencia humana. Además de la capa estructural de nuestro cuerpo (sus partes físicas y órganos), estos sistemas también se basan en una capa invisible a la vista, la energía vital (en la medicina china: Jing, Chi y Shen, en Prana Yoga). Aunque los diversos sistemas de medicina oriental difieren entre sí en métodos específicos, comparten muchas similitudes. Una de ellas es que dentro de la estructura del cuerpo humano especifican la existencia de 72.000 canales de energía. Llevar al paciente a la salud y la armonía depende en gran medida del desbloqueo del flujo en estos canales. Muchas prácticas conducen a la armonización de la energía del cuerpo. Por regla general, se basan en equilibrar los elementos básicos que componen la materia del cuerpo y la mente, las partículas subatómicas indivisibles de fuego, agua, aire, tierra y espacio (Akash). Es la armonía de estos elementos en la vida de una persona lo que determina su salud o enfermedad.

En la medicina tradicional china y en el sistema tibetano, la melena de león se considera el tónico de la energía eólica. Se cree que estimula los canales energéticos relacionados con nuestro sistema nervioso. Los resultados de las investigaciones que demuestran las propiedades neurológicas de la melena de león confirman la validez de este enfoque. Sin embargo, para que el cuerpo y la mente funcionen de manera óptima, no basta con reforzar la energía eólica, por ejemplo, observando la respiración durante la meditación. También es necesario dirigirse a los demás. Aquí se revela una vez más la magia de la melena de león. La mielina aceitosa y acuosa corresponde al elemento agua y los betaglucanos al elemento tierra. Armonizar hábilmente estas energías sutiles e internas es una forma de alquimia de la salud y el bienestar con la ayuda de la luz de la naturaleza.

Cuando observamos la estructura del micelio y la red neuronal humana, vemos que las similitudes entre ambos son sorprendentes. No hay nada de sorprendente en ello. Los hongos comparten más ADN con nosotros que con las plantas. Lo que hacen por sí mismos y por los ecosistemas en los que existen, también nos lo pueden ofrecer. Se convierten en aliados de confianza que nos ayudarán a mantener la claridad mental, el equilibrio emocional y la resiliencia en un mundo que pone a prueba cada uno de estos factores de salud mental a diario.

Autor, Piotr Zaborowski